Cada día la humanidad se encuentra con una mayor preparación académica, pero se encuentra sometida a cambios y modificaciones en la estructura de valores, aumenta el gusto y la ambición por el poder y el dinero, es por eso que las acciones de los seres humanos parecen no tener límites y pueden llevar a algunos a realizar actos que desbordan la legalidad y cometer infracciones que, como resultado, los lleva a estar en los centros de reclusión.
Por eso hoy en día los centros de reclusión cuentan con prisioneros de diferentes profesiones, géneros, razas, con estudios avanzados, amplia experiencia y múltiples habilidades, suficientes para que sean agrupados y conformar las áreas básicas de una empresa, como: administrativa, productiva, operativa, financiera y comercial; definiendo un objetivo común empresarial y económico, de forma que puedan convertir los centros de reclusión en una gran industria productiva, buscando que no solo los programas de resocialización, talleres sociales o las labores artesanales, sean la actividad, si no que cada uno de los reclusos, con sus conocimientos, habilidades y experiencias, las apliqué durante su estadía en los centros de reclusión.
Así no solo se buscaría reformar a los internos en su detención, si no que se conviertan en generadores de ingreso, aportando dinero aplicable a su presupuesto de los centros de reclusión y a la economía en general, brindándoles oportunidad de mejorar su condición a la resocialización y aportando de manera productiva, económica y positiva a la nación.